¡Alerta! Se está separando la paja del trigo.
Si eres observador, podrás notar que se están formando dos grupos de personas cada vez más marcado.
Por un lado, están las personas con una vida acelerada, corren a diario en obligaciones autoimpuestas para conseguir o retener más cosas materiales, sin lugar para lo que les gustaría hacer, no tienen tiempo para cosas de verdad importantes.
Aunque cuando lo tienen, lo pierden con series, películas tontas superficiales, realitys, juegos electrónicos, redes sociales, horas vacías de contenido.
Generalmente están en relaciones tóxicas donde acostumbran a fingir, mentir, manipular, olvidándose de ser honestos ya sea por miedo o para conseguir algo.
Les atrae todo aquello que les traiga comodidad sin importar las consecuencias, ya no respetan las otras formas de vida y no les importan los demás, van entrando en un mayor egocentrismo.
Muchas personas se dejan seducir por un estilo de vida distópico sin que se den cuenta, al igual que la rana en el caldero (olla que se va calentando poco a poco).
Por otro lado, se están notando otras personas que se apartan del actual sistema propuesto y hacen cambios significativos en sus vidas.
Dejan de vivir acelerados, descubren sus cualidades innatas y se dedican a aquello que les gusta, por lo que sienten vocación sin estrés y con la mejor intención de brindarlo a los demás.
Ya no acumulan cosas materiales, viven de acuerdo a un anhelo superior, con vidas sencillas, viven bien sin necesitar tantas cosas.
Saben compartir, son empáticas con los demás, fomentan las buenas relaciones equilibradas, armoniosas, colaboran en proyectos conscientes participativos.
Disponen de tiempo para las cosas y personas que les importan, conectan con la naturaleza, se nutren en espacios limpios, son más honestos consigo mismos y con los demás y ya no fingen.
Respetan las otras formas de vida, ya no recurren a la violencia en ninguna de sus formas, son pacíficos, viven en paz, hablan claro, no suponen porque aprenden a escuchar y entender.
Están atentos, no se dejan engañar por los discursos “bonitos” pero mentirosos de los que dirigen el mundo.
Son los que confían en la vida y perseveran, no se dejan abatir por amenazas, reconocen un poder superior en ellos mismos y en eso se concentran.
Van dejando hábitos viejos y comienzan a practicar hábitos nuevos que los llevan a un mejor resultado. Son las personas que están creando otra manera de vivir en la Tierra, son la semilla para la nueva humanidad.
Todos, conscientes o no, estamos haciendo cambios ¿lo notas?
Y tú, ¿a dónde vas?
