El Amor es el que cura

por | Jun 30, 2024

Empezando por el amor propio.

Todos en algún momento, nos enfrentamos con heridas de nuestros padres. La respuesta que demos depende de cómo entendamos las cosas.

A la gran mayoría de las personas nos han criado padres inmaduros emocionales, que a su vez sufrieron ellos mismos el abandono, indiferencia o maltrato de sus propios padres, que a su vez recibieron lo mismo.

Se trata de una gran cadena de no saber amar correctamente, ni a los hijos ni a nadie.

No hemos sido capaces de saber ni de dar, lo que un niño y joven en formación necesita para crecer y así formarse una sana autoestima que lo lleve a construirse una vida plena y feliz.

Ese es el origen no solo de relaciones familiares complicadas, sino también de las dependencias emocionales, desajustes alimenticios, adicciones de todo tipo, relaciones tóxicas que no se pueden soltar, etc. Esperando que algo o alguien llene ese vacío de amor.

Hasta ahora, las personas en su mayoría, dejan que esa herida crezca en su interior sin revisarla ni reconocerla, sin sanarla. Con el correr de los años, va dominando la personalidad, el carácter y las actitudes, que van desarrollando vidas sin sentido, donde solo se espera un inalcanzable futuro mejor, una eterna espera a que algo suceda.

 Serán personas que, o bien se vuelven mendigas de amor a cualquiera (padres, parejas, hijos, nietos, amigos, etc.) permitiendo humillaciones y abusos, o bien se vuelven personas narcisistas, egoístas, manipuladoras, creyendo que todo el mundo les debe algo, pero ellos al mundo no.

Los tiempos van cambiando, hemos evolucionado y ahora ya podemos arreglar esto, detener ese círculo vicioso, reflexionar, salir del personaje de reclamo y hacernos cargo.

Arreglarlo para siempre, cada uno lo suyo, sin que queden espinas guardadas, supone “entender” lo que ocurre y entonces saber que nadie es culpable (sí responsable de sus decisiones). Somos víctimas de víctimas y como padres, cada uno ha hecho en su momento lo que pudo según lo que tenía en su mente y corazón.

El secreto está en entender, perdonar y darse a uno mismo ese amor que esperó de otro.

Amarse a uno mismo supone acciones concretas de autorespeto, autoestima y dignidad, para luego saber amar a otros en respeto y libertad también, construyendo mejores relaciones en todos los ámbitos.

Si no tengo amor por mí mismo, por mí misma primero, ¿qué amor puedo dar? daré solo necesidad.

 Dejamos de esperar la aprobación de otros, para aprobar nuestras propias decisiones.

Porque en definitiva, solo tú sabes lo que es mejor para ti. Solo tú puedes darte el valor que ya eres.

¡Comparte esta publicación con amigos y familiares!