Tu gran tesoro, Tus Dones y Talentos ¿Los conoces?
Tiempo atrás, solía decirse como dicho popular, que cada bebé que llega a este mundo, viene con un pan debajo del brazo, supongo significaba que cada niño al nacer trae desde el cielo, algo bueno para dar.
Hoy ya sabemos que algo de cierto hay en eso.
Los japoneses le llamaron Ikigai, tu propósito de vida. Para llevarlo a cabo traemos de fábrica unas herramientas, medios, habilidades, características, con las que contaremos siempre porque son propias de cada uno. Les llamamos Dones y Talentos.
Son cualidades innatas que nos dan esa “especialidad” para desarrollarnos, integrarnos, colaborar, en este mundo.
El problema ha sido que la gran mayoría aún no los descubre y lo que es más, ni siquiera sabe que puede tenerlos.
Eso es producto de una educación generalizada, que nos prepara para sobrevivir solamente y no para vivir con sentido y propósito, única manera de sentirnos plenos y felices.
Aprendamos de nuevo entonces
Cada persona tiene sus dones y talentos, y todos son igualmente trascendentes, no hay grados ni jerarquías. Lo que importa es que seas honesto contigo mismo, que confíes en ti y en el proceso de tu vida con una cuota de valentía también.
Es ese “algo” que haces con entusiasmo, alegría, donde el tiempo no cuenta pasan horas y no te has dado cuenta, y al terminar te sientes igualmente con energía vital.
Es eso que haces por que te gusta hacerlo, y ante todo te alegras cuando lo compartes con otros, cuando pones tus dones y talentos al servicio de los demás, ese algo tuyo que vuelve un poco mejor la vida de todos.
No lo haces pensando en el dinero que recibirás, pero de todas formas el dinero llega a través de eso también.
Cuando sientes el anhelo por descubrirlos, es el llamado de tu alma que quiere trascender la mediocridad y busca realizarse, hacer lo que vino a hacer a esta vida ahora, con el solo objetivo de tu propia paz y felicidad.
Se trata de que te des un espacio y tiempo para un verdadero autoconocimiento.
Detente un instante de tu rutina, respirar profundo, recuerda tus momentos felices, siente qué te ha hecho vibrar en tu niñez y juventud.
Que no te limite tu edad o condición, siempre hay alguna manera de llevarlos a cabo, algún aspecto, algún formato que se adecúe a tu realidad.
Y si te cuesta darte cuenta o tienes dudas, solo pide ayuda interna a tu espíritu, tus guías del cielo, antes de dormir y escucha tus corazonadas, permanece atento a las señales que aparezcan en tu día, ten por seguro que llegarán.
La Tierra florece con tu despertar.
Angélica