«Paren el mundo que me quiero bajar»

por | May 16, 2022

Salir de la masa, volver al individuo, así cambia el mundo

“Paren el mundo que me quiero bajar”, la famosa frase de Mafalda (1964-1973) fue el reflejo de la juventud progresista de la época preocupada por el destino de la humanidad y la paz mundial.

¿Quién hace girar al mundo? ¿Quién o qué es responsable de las crisis económicas, deudas personales impagables, falta de vivienda, relaciones conflictivas, violencia, enfermedades raras, conflictos, guerras?

¿Los políticos? No. ¿Los líderes religiosos? No. ¿Las dictaduras? No. ¿Las democracias? No. ¿Quién entonces?

Un puñado pequeño de gente, una elite que actúa en secreto, en las sombras y desconocemos. Manejan al mundo, los países, los gobiernos, las empresas y a todos nosotros (la masa de gente) cual titiriteros tras bambalinas.

“Existen unas pocas decenas de personas que son los amos “provisionales” del mundo”. Emilio Carrillo.

No solo manejan la economía mundial que se refleja en la economía de cada uno de nosotros, también controlan el clima, la salud, las pandemias, lo que tú vas a comer, lo que vas a vestir, dónde vas a vivir, lo que vas a pensar y lo que crees que decides.

Hemos cedido nuestro poder individual a unos pocos, para pasar a formar parte de la masa de gente que ya no piensa por sí mismo, sino que sigue los dictámenes de algunos que dan las órdenes y los demás solo repetimos.

El mundo no para, pero sí se transforma, a partir de la transformación de cada uno de nosotros.

No es una noticia más, sino que es la información necesaria para despertar a nuestra realidad, salir de círculos viciosos de preocupaciones y desventuras, dejar de ser masa y volver a ser individuos, completos, pensantes seguros de sí.

Yo, persona completa, tengo el poder de decisión y de definir la vida que quiero, pero no lo conseguiré siguiendo las voluntades de otros cuyo objetivo es mi esclavitud y mi servicio permanente e incondicional a un sistema determinado impuesto y trasmitido desde siglos atrás.

Nos han mantenido en grandes ciudades, apretados, con poco espacio, muy juntos para generar conflictos, miedo, violencia y una total dependencia, compitiendo por oportunidades, acumulando para prevenir escasez, pisándonos unos a otros escalando una montaña sin final.

La masa de gente, la mayoría inconsciente, dormida e ignorante es esclava de un `plan organizado. Pero eso tiene un final y su proceso ya ha comenzado.

El individuo que se conoce a sí mismo, que se conecta con su real Ser es poderoso, libre, aprende a estar en paz consigo mismo y con los demás y a vivir feliz.

Nacemos libres, esa es nuestra naturaleza. ¿Qué hemos hecho luego para vivir tan condicionados?

“El problema no es que esa elite de titiriteros exista, sino que haya multitud de personas (aún la mayoría) que han hecho suyos los sistemas de creencias, de pensamiento y anti valores que esa minoría desea para nosotros”.

Da pereza reflexionar, conocerme, saber lo que quiero, hacer algo distinto. Es más cómodo no saber, no entender, no pensar. Hay mucha gente que no quiere saber, no quiere despertar y esa es su decisión.

Pero muchos de nosotros sí queremos un cambio profundo, queremos conocer lo que somos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Muchos de nosotros queremos vivir libres y felices, volver a ser individuos conscientes y poderosos. Nos estamos reuniendo, reconociendo, apoyando y aprendiendo unos con otros.

No es necesario indignarse, criticar o acumular resentimiento contra esa elite aparentemente poderosa, ese no es el camino al éxito.

La solución es más sencilla:

Vive de una manera diferente a la que el sistema quiere.

Para eso es importante ir cambiando nuestra mentalidad, nuestros pensamientos de siempre por pensamientos más amplios y verdaderos, nuestras creencias que nos limitan por otras que nos abren los caminos.

Al abrir la mente a un sistema nuevo hacemos que nos rijan nuevas leyes, otras reglas más acordes con nuestra naturaleza libre, abundante y pacífica.

Solo basta observar y reflexionar antes de decir sí o no solo porque la mayoría lo dice, dejar de repetir como papagayos comentarios de miedo y minusvalía.

Como dijo Jesús: “Nicodemo, hay que nacer de nuevo”. Se refería a morir una forma de pensar, la que quiere esa  minoría, morir a la forma de vida que hemos seguido como ovejas, y nacer a una forma de vida diferente con sentido y propósito, en coherencia con lo que somos.

Mirar hacia adentro, conectarnos con nuestro verdadero Ser.

El ser humano es poderoso, tiene un origen divino, y está aquí aprendiendo, adquiriendo mayor consciencia de su verdadera identidad.

Recobrar nuestra individualidad, nuestro poder de decisión personal, reconocer nuestras cualidades viviendo una vida plena de cooperación e intercambio, con relaciones sanas, sin necesidades y fundamentalmente con paz en todas las áreas.

El verdadero enemigo no es esa pequeña elite que dirige al mundo, y a la masa ignorante.

El problema es justamente esa masa de gente que decidió ceder su poder a unos pocos y dejarse llevar. El verdadero problema está en el conjunto de individuos que prefiere dormir, ser esclavo y que otro decida por ellos.

La solución, el verdadero cambio de este mundo comienza en cada individuo, en cada uno que se va apartando, que comienza a conocerse, que adquiere poder soltando el miedo.

El individuo que aprende, reflexiona, comprende y decide de nuevo otra cosa.

Es así como está aquí y ahora cambiando la humanidad.

Y tú ¿quién quieres ser? ¿Humano u oveja?

Consultas en Psicología, una charla entre iguales hacia el despertar de consciencia.

Angélica Britos.

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